Sobre el sabotaje de otra persona: la amiga (ejemplo)
Hume
8/24/20235 min read
Para ilustrar un poco lo teorizado en el artículo anterior, observemos la siguiente interacción que denomino "doble mageo en un bar".
"Recuerdo un caso en donde, estando solo, encaré a dos amigas en un bar. Una de ellas era particularmente linda, una deliciosa morocha nacida en Finlandia cuyos padres eran de Guatemala. En aquel entonces solía abrir en forma indirecta y con rutinas. Según no mal recuerdo abrí preguntando: 'Chicas, necesito una opinión femenina, una amiga acabó de cortar con el novio porque la engañaba y ahora él volvió disculpándose y no sabe si volver con él o no, qué creen que debería hacer'. En fin, empezaron a parlotear y yo sutilmente tiraba unos comentarios levemente provocadores (negas) a mi objetivo mientras le daba más atención a la amiga (el obstáculo). Igualmente ambas eran buena onda por lo que no era necesario tirar tantos negas, sobre todo ya que mi objetivo era dulce como la miel y no mostraba una actitud altanera. Igualmente dije el clásico: '¿vos la mala no?'. Como sea, la conversación fluyó y de pronto estaba hablando con mi objetivo.
Mi capacidad de generar conversaciones, sumadas al hecho de que sé bastante de cultura general, me permitieron crear empatía. Aquí creo que cometí el error clásico: dejar de prestarle atención a la amiga, lo cual no debe hacerse ya que ella se encontrará sola y sentirá la compulsión de decirle a su amiga de irse porque está aburrida. Y tiene razón, yo en su lugar haría lo mismo. Salvo que reciba una autorización explícita o implícita de la amiga (ya devenida en cómplice) y me dé permiso para llevármela, cuando uno está solo lo mejor es mantener el marco del chico copado que habla con las dos. El hecho de quedarme de pronto hablando con mi objetivo, ignorando al obstáculo, delata claramente que mi meta desde el principio era seducir a una de ellas y no 'ser un tipo copado'. Y esto puede herir sensibilidades. En fin, la interacción fluía hasta que de pronto apareció un conocido de ellas que, por su forma de actuar, deduje que era un seductor natural.
Expertos en mageo y seductores notables, los naturales pueden ser una pesadilla sino uno no sabe cómo manejarlos. Aquí estaba frente a la peor de las situaciones: 1) la amiga que, aunque le había caído bien, no quería que esté con su amiga (por el motivo que fuere) y 2) un natural seduciendo a mi objetivo. El natural hizo lo que ellos hacen mejor, se le acercó a mi objetivo con un lenguaje corporal análogo al de una gacela en celo y puso su rostro a dos centímetros de mi objetivo (nariz con nariz), mirándola con una sonrisa brillante y un poco libidinosa. Por supuesto, mi objetivo reaccionó en forma positiva, mirando para abajo y sonriendo tímidamente. Yo, al verme desplazado (mageado), me pongo a hablar con su amiga. Aun así, noto que la amiga no me presta atención sino que mira atentamente la interacción entre su amiga y el natural. Ella observaba pero no interrumpía, evidentemente quería que algo sucediera. En un momento, yo toco suavemente a mi objetivo en la espalda y ella se da vuelta y recomenzamos a hablar en forma amistosa. Sin perder un segundo, la amiga la agarró literalmente y la puso de vuelta enfrente del natural. Evidentemente, no era mi noche."
Las siguientes lecciones pueden aprenderse de este relato:
Cuando se abre un set de dos solo se le debe prestar atención a las dos chicas hasta que la amiga decida irse o de autorización de que estemos con su amiga o nos vayamos con su amiga. En algunos casos podrán pasar horas, e incluso será necesario acompañar a la amiga a la casa o a la parada de colectivo para que podamos estar solos con nuestra damisela.
Los naturales tienen un nivel de intuición avanzada y una lectura del lenguaje corporal muy aguda. Por ende, solo magean a alguien cuando ven algún tipo de debilidad en el oponente, ya sea en su lenguaje corporal, en la interacción en sí o en la actitud de la chica hacia él (falta de interés sexual aunque exista una interacción fluida e incluso empatía). ¿Cómo impedir que nos ocurra? Hay que trabajar el juego interno. ¿Cuánto lleva esto? Años. Hay que ser paciente. Una vez mageados, es difícil remontar la situación. Aunque el natural se retirara, viniera un ala y lo distrajera o bloquea, nuestro valor relativo ya habrá caído drásticamente. En tal caso, nuestro valor relativo podría ser recuperado, aun así, esto solo puede ser hecho por alguien con experiencia, no por un novato.
Los naturales suelen tener siempre el mismo patrón de acercamiento: se acercan a la chica sin importar las consecuencias, sin importar que alguien esté hablando con ellas. Le hablan a la chica a una distancia que paradójicamente invade su espacio personal pero aun así a ella le gusta. Le hablan dulcemente al oído, la miran a los ojos con una mirada profunda y seductora. Ignoran completamente la presencia de la persona que estaba hablando con ella. Están seguros de sí mismos y las neuronas espejo de la chica pueden percibir dicha seguridad y eso le encanta. Seguridad, coraje, carácter: eso genera atracción en las mujeres. Según diversas fuentes que han analizado las fantasías de las mujeres, una de las más recurrentes es la de ser rescatada por alguien o incluso secuestrada (obviamente es una fantasía, eso no quiere decir que quiera que suceda literalmente). Si nos ponemos en lugar de ellas en esa situación, ¿qué es lo que vemos? 'Estoy hablando con un chico simpático, nada del otro mundo, algo mundano y de repente aparece este otro chico que se impone al anterior sin pedir permiso. Qué osado, se acerca sin saber si es mi novio o un amigo. Simplemente va por lo que quiere sin preguntarle a los demás. Sin duda me saca de la rutina. Quiero emociones, aventura y él me las da'. Lo que hacen los naturales es osado y la osadía es atractiva, ya que requiere valentía y seguridad para hacerlo.
Replicar la acción de un natural puede ser efectivo para generar atracción. Uno puede ir y hacer lo mismo y de hecho salirse con la suya y generar atracción. ¿Pero qué ocurre después? 'Ella vio que hice un acto osado. Ella interpreta eso como un acto osado que requiere seguridad y, por lo tanto, supone que soy un tipo seguro. Me quedo hablando con ella y lentamente se revela la verdad sobre mí, mi juego interno no es tan fuerte como parecía y hay incongruencias entre mi acción inicial y lo que viene después. Tal vez termine con ella esa noche, pero a la larga ella verá mis incongruencias. No era tan seguro como pensaba. Me deja por otro'. Uno puede ponerse la camiseta del Barcelona, hablar como Messi, incluso usar el mismo peinado, pero uno no es Messi. Aun así, si uno trabaja todos los días durante mucho tiempo, seguro podrá jugar en primera y tal vez con los años jugar en el Barcelona, si uno así se lo propone.