Sobre el juego interno

Descripción de la publicación.

Hume

7/18/20233 min read

La comunidad de la seducción creó este término para referirse al conjunto de creencias y hábitos que determinan la forma en la que vemos el mundo y que, por ende, define la forma en la que actuamos y reaccionamos antes estímulos externos (no solo a nivel de físico sino a nivel emocional). También se habla mucho del “State (estado)” el cual se trata un concepto coyuntural, es decir de corto plazo. Estar en “State” se podría definir como el hecho de sentir un nivel de positividad, energía y optimismo muy grande (algo ideal a la hora de salir y encarar mujeres).

Pero, ¿Qué ocurre si un evento externo afecta de pronto nuestro estado? Por ejemplo, ¿Qué ocurre si un borracho nos pega o nos muerde, o un patovica nos amenaza o nos humilla, o una chica nos insulta o nos hiere de alguna forma? En ese momento vemos que tan fuerte esta nuestro juego interno. Porque si nuestro “State” cae en forma vertiginosa evidentemente hay mucho por trabajar. Si nuestro juego interno es fuerte, ni siquiera hace falta tener un “State” alto porque de hecho siempre estará en la cúspide (o por lo menos la mayor parte del tiempo). Entonces, evidentemente, lo que se debe hacer es desarrollar el juego interno ¿Pero, cómo se desarrolla éste? Poco se ha escrito sobre esta temática en la comunidad de la seducción (tal vez siempre más concentrada en los aspectos externos del juego).

O por lo menos no se ha hecho desde una perspectiva estructurada que sea de fácil implementación. Al decir esto no le quito mérito al juego externo (aprender a elaborar respuestas ingeniosas, desarrollar habilidades de conversación, desarrollar el pensamiento estratégico, elaborar rutinas propias, aprender cómo hacer humor con las palabras, saber cómo abrir, como realizar un kino eficiente, como besar, aprender a bailar etc…). Éste es importante, pero lo que asegura la congruencia de lo que hagamos una noche o lo que digamos en una conversación con el resto de la relación que tengamos con la respectiva damisela, estará determinado por la fortaleza de nuestro juego interno.

Podemos entrar a un grupo mixto (hombres y mujeres) y hablarle a la mujer que nos gusta para generar una enrome atracción. ¿Y luego qué? ¿Cómo mantenemos la congruencia de nuestra entrada sublime (juego externo) con la inseguridad de nuestras palabras o nuestra actitud de querer impresionarla? Podemos llevarla a nuestra casa esa misma noche, pero ¿Luego qué? ¿Seremos el mismo osado que la convenció hacer una locura la semana siguiente? En fin, el juego interno se aplica a todos los aspectos de nuestra vida. La idea es que, mediante distintas formas de trabajo, seamos cocientes de que somos creadores de la realidad en la que vivimos mediante la forma en la que nos hablamos y hablamos a los demás. Las palabras crean realidades así que mucho cuidado de cómo nos hablamos.

En palabras del psicólogo Paul Watzlawick: Si hubiera un hombre que viviera de verdad la idea de que él es el constructor de su propia realidad, se caracterizaría por tres propiedades especiales.

Primero, sería libre, pues el que se sabe constructor de su propia realidad, también puede crearla con otra forma en todo instante.

Segundo, ese hombre sería responsable en el más profundo sentido ético, pues, quien ha comprendido de hecho que él es el constructor de su propia realidad, no cuenta ya con la cómoda excusa de la coacción ejercida por las cosas ni con la echar la culpa a los otros.

Tercero, un hombre de esas características sería conciliador en el sentido más profundo del término. En este sentido es clave dejar de echar culpas afuera (“ella me hizo tal cosa, siempre me hace eso…”). Nadie nos hace nada. Somos nosotros mismos dejando que el afuera nos afecte. Lo que ocurre afuera no lo podemos controlar pero lo que pasa adentro nuestro sí. Somos constructores de nuestra realidad, amos de nuestro destino. Podemos controlar nuestra mente o dejar que ésta nos controle a nosotros. Es nuestra decisión. Una clave del juego interno para mejorar nuestras interacciones (desde la apertura hasta relaciones de largo plazo, novias o parejas) consiste en aprender a observar y a escuchar. Pero para hacer esto primero debemos vivir el ahora, estar conectados al presente, a lo que nos sucede en este mismo instante. El pasado ya se ha ido y el futuro no es todavía. Ahora estamos liberados de ambos. Si se entiende por eternidad no la duración indeterminable del tiempo, sino la atemporalidad, entonces vive eternamente aquel que vive en el presente. Extraído de “El sentido del sin sentido” de Paul Watzlawick Seguro que quieres saber los tips y consejos para actuar en cada situación con cada mujer.

Bueno, eso es lo que precisamente trabajamos en nuestras mentorías, agéndate una llamada gratuita. Y empieza cambiar tu vida.